jueves, 24 de marzo de 2011

Tertulias Archivísticas

Amigas y amigos:

Tengo el agrado de comentar con ustedes mis impresiones personales sobre las últimas dos Tertulias Archivísticas, realizadas en febrero y marzo de 2011 en la ciudad de La Paz.

Para quienes no conocen esta forma de diálogo abierto y horizontal, debo reiterar que las Tertulias Archivísticas se han creado de manera espontánea el año 2008. No requiere de estatutos ni reglamentos, tampoco directiva o presidencia alguna. No se obliga a nadie a participar, tanto a los anfitriones (que son voluntarios) como a los asistentes. Para la organización de una Tertulia, simplemente debe enviarse un correo haciendo saber el día, la fecha y la hora, y si desean, el programa. Generalmente se ajusta a la siguiente dinámica: a) Palabras de bienvenida; b) Presentación de la Historia Institucional y Archivística, que incluye la organización del Archivo, c) Tertulia (del tipo de tribuna libre), d) Exposición de piezas archivísticas a criterio de los anfitriones, e) Visita guiada.
Para la convocatoria, coordinación y difusión se emplea en primer lugar la Lista Archivistas_Bolivia@yahoogroups.com con copia a biblio-bolivia@yahoogrupos.com.mx, biblio-info-sociedad-2@googlegroups.com; biblio-progresistas@yahoogrupos.com.mx y algunas cuentas personales cuando corresponde. Los mensajes se replican en dichas Listas, para informar sobre el Avance de la Archivística en Bolivia.

Hemos realizado, también un homenaje a Gunnar Mendoza, el Maestro de la Archivística Boliviana, en el 17° aniversario de su muerte, acaecido el 5 de marzo de 1994, en la ciudad de Sucre.

Como La Tertulia es también un canal de comunicación, los responsables de la Fundación Flavio Machicado Viscarra, se nos han dado la buena noticia, en la segunda Tertulia, que han ganado las ayudas de ADAI (España) y del PLALA, que financia la Universidad de Harvard, con los que encaran la imprescindible tarea de catalogación y descripción.

El Centro de Información de la FFMV, está conformado por el Archivo Sonoro, único en su género en el mundo, de música clásica universal y boliviana, que realiza las “Flaviadas” o sesiones musicales públicas, desde 1937; una sorprendente Hemeroteca, con revistas y periódicos desde inicios del siglo XX, de títulos publicados en Estados Unidos y Europa; una magnífica Biblioteca Patrimonial, con ediciones inhallables de varios géneros literarios e históricos; un invaluable Centro de Documentación, con materiales documentales, mal llamados “efímeros”, por tratarse de programas culturales de todas las épocas.

Nuestros apreciados amigos nos han informado que lograron estos premios, gracias al apoyo inestimable del Dr. Javier Gimeno Perelló, Coordinador de las Brigadas Internacionalistas de América Latina; y el nunca bien ponderado buen amigo de los archivos de Bolivia, Erick D. Langer, Ph.D.

A ellos nuestra gratitud personal.

Saludos,
Luis Oporto Ordóñez
PD. Esta no es un Acta oficial de las Tertulias, es simplemente un informe ad hoc, levantado de manera absolutamente libre y voluntaria; factible de complementar o enmendar, con otros comentarios.

TERTULIAS ARCHIVÍSTICAS

El 24 de febrero y el 22 de marzo se realizaron las dos Tertulias Archivísticas programadas, en los Archivos del Tribunal Supremo Electoral y del Ministerio de Relaciones Exteriores.

1.      Tertulia en el Archivo del Tribunal Supremo Electoral (ex Corte Nacional electoral). 24 de febrero de 2011.

El Archivo está situado en la plaza 14 de septiembre barrio de Obrajes, destinado exclusivamente al centro de Archivo. Está dirigido por María Cristina Canedo Cáceres, con el apoyo de Javier Saravia Gutiérrez, ambos con destacada trayectoria y experiencia en la administración de Archivos.
La exposición realizada por la responsable de este Archivo, explicó que la memoria electoral, anterior a 1991 se ha extraviado o perdido irremediablemente, a raíz del funcionamiento precario del antiguo archivo, y que tan solo sobreviven unos escasos testimonios de 1979. A diferencia de ese pavoroso panorama, ha explicado que los documentos generados desde la re fundación del Archivo en 1991, se conservan en el más perfecto orden posible, dotados de los elementos de seguridad necesarios y riguroso control archivístico, dispuestos en amplios depósitos, en el edificio específicamente destinado al Archivo, dotado de equipos y estantería especialmente diseñada para cada una de las distintas series documentales, tan diversas como son las funciones del propio Órgano Electoral. Señaló que luego de ardua labor de reorganización y refundación del Archivo Central de la extinta Corte Nacional Electoral, venciendo obstáculos e imponderables de diversa naturaleza, han logrado estructurar un Archivo modelo en su género.

No sabemos si la destrucción de memoria electoral que hemos mencionado se debe a un acto manifiesto de negligencia administrativa o si ese supuesto no-me-importismo era mas bien un acto deliberado, pues todavía queda fresca en nuestra memoria los numerosos desmanes que cometieron los responsables de administrar las elecciones. El ejemplo más patente de esa perversa distorsión del voto popular es el accionar de “La banda de los Cuatro”, que de acuerdo a las denuncias de la época manipularon actas de escrutinio para favorecer a candidatos oficialistas de la era neoliberal. La Corte Nacional Electoral que administró las elecciones de 1989 estaba compuesta por siete miembros: Mauro Cuéllar Caballero (Presidente); y los vocales Jorge Torrico Arguedas, Edmundo Araúz (militantes de ADN), Róger Pando (MIR); los restantes tres vocales eran del MNR. Esta Corte fue llamada como la “Banda de los cuatro” por una supuesta asignación irregular de escaños de senadores a favor de AND y el MIR.

Esta situación forzó a reformas estructurales que derivaron en la creación de la Corte Nacional Electoral en 1991. No obstante, continuaron los escándalos, llegándose a denunciar la existencia de los curiosos “diputados travestis”, que no eran otra cosa que candidatos varones que cambiaron su nombre al apelativo femenino (vg. Mario por María, por ejemplo).

A fin de superar viejos vicios y modernizar la administración de los procesos electorales, la Constitución Política del Estado, que sancionó la Asamblea Constituyente, compatibilizó el Congreso Nacional y promulgó el presidente Evo Morales el 2009, creó el Órgano Electoral Plurinacional como cuarto poder del Estado y de el dependen el Tribunal Supremo Electoral y los Tribunales Departamentales, todo ello como parte de la nueva estructura del Estado Plurinacional. Además se adoptó el moderno sistema biométrico para garantizar la transparencia electoral.
En la exposición pudimos observar el magnífico libro de registro de personerías jurídicas de 1979, en el que se ha registrado a los primeros partidos indianistas de Bolivia, cuando regía en la vieja República, un sistema excluyente y discriminador, lo que explica el hecho que el partido en función de gobierno, originalmente denominado Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (IPSP), tuvo que presentarse a las elecciones con la sigla prestada de la organización política, Movimiento Al Socialismo (MAS), del falangista David Añes Pedraza, en 1995.

Luciano Tapia y Constantino Lima, fueron los líderes aymaras que abrieron la senda de los diputados indianistas aquel año.

A ese archivo acudieron las tiendas políticas opositoras en su afán de encontrar indicios de irregularidades o fraude electoral, como era usual cuando ellos administraban la antigua Corte Electoral. El dictamen profesional de los archivistas fue contundente:

“Los registros que custodian son inalterables, inexpugnables, intocables. Son los más seguros del Estado”.

El Archivo custodia impresionantes series documentales, como son los del:

·        Registro Biométrico, el primero levantado en Bolivia, con su correlato informatizado, en back-ups encriptados, que nacieron con el sello de la reserva de ley y con el signo de valor permanente, intransferibles hasta la tercera generación del (o la) ciudadano/a más joven registrado/a en ese registro. Estantes especialmente diseñados, con todos los sistemas de seguridad posible, inaccesibles a terceros, salvo por orden judicial. Los estantes son enormes, pero fácilmente accesibles por un ingenioso sistema de escaleras aéreas, que constituyen un verdadero alarde en equipamiento archivístico moderno, construido a un alto costo, el que fue dispuesto de manera expedita, pues se trata de la seguridad jurídica electoral del Estado.
·        Los libros de registro de personerías jurídicas de los partidos políticos, con todo su historial, sus estatutos, reglamentos, planes y programas de gobierno.
·        Los libros de inscripción de militantes, de alto valor para las convocatorias a los cargos de alta responsabilidad (como el de los vocales de ese órgano de poder), pues por ley no pueden ser militantes de los partidos, lo cual es causal de despido inmediato.
·        Las resoluciones de Sala Plena, documentos esenciales para el accionar y desenvolvimiento del Tribunal Supremo Electoral y del propio Órgano Electoral, se hallan debidamente almacenados y custodiados, sin que falte en ellos una sola hoja.
·        La contabilidad, los documentos propios de la administración, aquellos inmensos expedientes que dan cuenta de la adquisición de bienes y servicios, llenan filas y filas de estantes.
·        La serie de expedientes de personal, son igualmente completos, y perfectamente asegurados, que resguardan las historias de vida de los primeros vocales del Tribunal Supremo. Todos estos, restringidos por el alcance del Artículo 24 de la Constitución, es decir al que sólo puede acceder la autoridad competentes y el titular de la información, resguardados igualmente por tres generaciones.

El Archivo del Tribunal Supremo Electoral no es uno más. Es el principal Archivo del cuarto poder del Estado, con responsabilidades de ese nivel. Debe orientar el trabajo de los archivos de los nueve Tribunales Departamentales, y establecer una red de archivos del Registro Civil, sobre los cuales tiene tuición el cuarto poder del Estado. Debe constituirse en Archivo Intermedio Nacional de ese poder del Estado.

Por esa gran responsabilidad es que el Archivo Central del Tribunal Supremo Electoral ha elevado a consideración de sus autoridades un proyecto de reglamento que refrende sus nuevas competencias y se constituye en autoridad técnica archivística de ese Poder del Estado.

En la visita guiada pudimos observar los expedientes de los Partidos Políticos entre ellos las históricas solicitudes de las organizaciones políticas indianistas que fueron (muchas veces) rechazadas bajo consigna política de las dirigencias del viejo régimen neoliberal. A diferencia de este Archivo, los expedientes las personerías jurídicas de las Agrupaciones Políticas se custodian en los Archivos de los Tribunales Departamentales.

La modernización del Archivo del Tribunal Supremo Electoral es una señal claras de la fortaleza de la archivística boliviana, que cada día va superando inveteradas actitudes despectivas desde la Administración hacia los archivos, pues no comprenden el valor real de los archivos, a pesar que son estos los que respaldan sus acciones administrativas, jurídicas y políticas.

Si en el pasado se decía que la “información es poder”, hoy podemos afirmar que los archivos son el corazón de ese poder.

2.      Tertulia en el Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores. 22 de marzo de 2011.

Es uno de los más antiguos del país y uno de los más extensos a nivel de ministerios del Órgano Ejecutivo del Estado Plurinacional. Custodia la documentación relativa a la política exterior del Estado y las relaciones con otros países, formando con ellos un valioso e impresionante archivo histórico. En un informe de 1977 se reputaba como “el repositorio documental más importante que mantiene el Estado en la ciudad de La Paz”, siendo además “tan antiguo como el funcionamiento del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto como organismo independiente, pues fue creado en 1866, contando, con un solo funcionario”, como señala  su antiguo director, el historiador Juan Siles Guevara.

A partir de 1971 pasó a depender del Departamento de Documentación de la Cancillería, con un Director, un Jefe de Archivo, un oficial y un conserje. El decreto supremo 09777 señala que este y otros dos ministerios, formarán su propio archivo, aspecto que es reiterado en el DS. 22146.
En esa época se organizó el archivo, con topes cronológicos desde 1525 hasta 1973, de los cuales 162 volúmenes corresponden a la colonia; 677 al siglo XIX y los restantes al siglo XX, de un total de 9.000 volúmenes, extendidos en 590 metros lineales de estantería, y siete secciones:

I.                    Documentos Diplomáticos.
II.                 Documentos Consulares
III.               Relaciones de la Cancillería con otras entidades
IV.              Administración Interna
V.                 Historia y Límites
VI.              Telegramas y cables
VII.            Mapoteca.

Estas series en realidad corresponden a oficinas orgánicas del Ministerio, como se puede observar en el caso de Documentos Diplomáticos, que recoge la documentación de la Legaciones y Embajadas de Bolivia, desde 1826 y misiones especiales (1964). La documentación consular comprende a los papeles de los Consulados de Bolivia en el exterior, desde 1830. Los documentos de las relaciones con otras entidades oficiales y privadas, arrancan desde 1857. La documentación administrativa desde 1890 (la anterior a este se encuentra en el Archivo Nacional de Bolivia, en Sucre), así como la documentación Histórica y de Límites, una colección o serie  facticia, a nuestro entender, pues según el informe de Siles Guevara, “se ha conseguido por las misiones bolivianas enviadas a archivos europeos en busca de documentos probatorios de los derechos de Bolivia a los territorios disputados con sus vecinos”, y es el mismo caso de la Mapoteca, que consigna mapas desde el siglo XVI. Los cables telegráficos, son, indudablemente una serie y no una sección (desde 1882, por la aparición del cable, por cierto).

En su explicación la responsable del Archivo, la bibliotecóloga Raquel Norka Lara Gómez. Señaló que con el paso del tiempo se organizó el Archivo de Tratados, que fue organizado y sistematizado por la historiadora Martha Paredes, quien actualmente presta servicios en la Santa Sede. Se elaboraron los instrumentos descriptivos y ya en esa época se logró la aprobación de un Reglamento Específico de los Archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores.

La responsable explicó que actualmente la memoria histórico-institucional respeta la antigua organización dada por Juan Siles Guevara. Sin embargo, el Archivo de Tratados no logró articularse con los otros fondos, como es el Archivo Administrativo del Ministerio y el Archivo del Servicio Exterior, lo que dificultaba notablemente el servicio.

Ante esta situación, se ha diseñado una nueva estructura, que se caracteriza por su alcance sistémico, con el que se ha constituido en Autoridad Técnica Institucional, incorporando como componentes del sistema a los Archivos de Gestión, al Archivo de Tratados, al Archivo del Servicio Exterior, al Archivo Central y al Archivo Histórico, como se observa en el organigrama que nos ha entregado en esa oportunidad, siempre de acuerdo al alcance de la normativa vigente en el país. Se incluyó también la Hemeroteca, con colecciones de los años 40, entre ellas la rara colección del periódico La Noche (1946-1947) y seis importantes dosiers sobre la Guerra del Chaco (1932-1935), y una muy especializada Biblioteca, que contiene la legislación boliviana desde 1825 y una colección completa de los Redactores del Congreso Nacional. Mencionó también que existe la Biblioteca de la Academia Diplomática de Bolivia, la que se desarrolla de manera autónoma.

En 1991, mediante el Proyecto BOL 89/031 del PNUD, se reordenaron varias series, como la Correspondencia Diplomática (1826-1997), Correspondencia externa (1893-1997)y el Archivo de Tratados que incorporó instrumentos hasta 1999.

Una característica de este archivo es la notable cantidad de documentos clasificados como “Reservados”, entre ellos muchos corresponden a la época de la Guerra del Chaco, pero también a temas relacionados con informes de la Cancillería sobre los presos políticos exiliados, entre los que encontramos informes a gobiernos de países receptores, calificándolos como “subversivos”, “comunistas”, “de izquierda” y “peligrosos para el régimen”, pidiendo que se les haga un “seguimiento permanente”.

Se nota la falta de espacio, pero la responsable nos comunicó que el Ministerio ha dispuesto la adquisición de un edificio exclusivamente destinado a este Sistema de Archivo y Biblioteca.

La visita guiada se extendió por una hora y media, pues es tal la cantidad de series documentales, dispuestas en secciones de archivo, que literalmente fue imposible verlas en su integridad. Entre los documentos más emblemáticos, pudimos observar el original autógrafo del nefasto Tratado de Paz y Amistad con Chile de 1904, que selló el enclaustramiento de Bolivia, consagrando la victoria bélica de Chile sobre Bolivia en la alevosa invasión de febrero de 1879 y la posterior ocupación del impresionantemente rico Litoral boliviano.

Encontramos un libro del Consulado de Alemania, en el que están registrados los ingresos de ciudadanos alemanes que descollaron en la industria boliviana, como Stege, Kyllman, o militares como Hans Kundt y sus hijas. Prácticamente toda la colonia teutona que ingresó a Bolivia en la década de los 30 y 40 se halla en ese invaluable documento de carácter histórico y valor permanente. Al tratarse de documentos de valor nominativo, estos están también tipificados en el alcance del Art. 24 de la CPE y por ello con grado de reserva natural hasta la tercera generación, como tenemos señalado.

Otro documento, muy simpático, es el registro de pasaportes del siglo pasado. A guisa ejemplo pudimos ver el que corresponde a la Sra. Albina Rodríguez de Patiño, “descendiente de los hermanos Rodríguez que iniciaron la rebelión en 1781”, como nos ilustró el joven investigador orureño Israel Vásquez. Más allá pudimos ver una preciosa fotografía de un sonriente Dr. Huáscar Cajías Kauffman, quien salía fuera del país a un curso de postgrado en Filosofía del Derecho, y por esa razón viajó con su familia, compuesta por entonces por su esposa Beatriz, su hijo Fernando Julio y su pequeña hija María Dora.

En otra sala están los documentos coloniales, minuciosamente transcritos a mano, de los archivos de Indias de Sevilla y de otros, conteniendo información referente a la Real Audiencia de Charcas, debidamente encuadernado en pasta dura, en papel resistente a los siglos y a cualquier dura condición del microclima; mas allá, mapas de todas las épocas y archivos, capaces de demostrar la legitimidad de Bolivia en sus litigios con países limítrofes.

¡Titánica labor de nuestros mayores!

Conclusión

La Tertulia concitó el interés de numerosos directores, responsables y trabajadores de archivo, junto a docentes y estudiantes que mañana, ya profesionales, serán los futuros directores de archivo. Nos acompañaron en la segunda Tertulia, altas autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores, quienes pudieron ver el interés de este colectivo que acude a las citas sin mediar invitación impresa, ni el estímulo del “certificado de asistencia”. A pesar de las tres horas de duración de la sesión, prácticamente nadie se movió del lugar.

El debate fue abierto e incluyente. Todos quienes quisieron hacerlo, tomaron la palabra. Se abordaron temas de interés profesional, entre ellos uno muy simpático, expuesto por René Santos, del Archivo del Banco Central de Bolivia, quien nos obsequió con un impreso titulado “San Benito, patrono de los archiveros”, en el que señala que “la Tertulia Archivística en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia es una buena oportunidad para difundir los semblantes de San Benito Patrono de los Archiveros”, y que efectivamente sirvió para que conozcamos la trayectoria de este monje que en España ha sido consagrado comno Patrono de los Archiveros e introducido en el Perú por César Gutiérrez y en Bolivia por nuestro colega Santos.

Juan Carlos Fernández volvió a anunciar una próxima tertulia para tratar el tema de la Mesa de Archivística, del cual es coordinador, en el próximo Congreso de la Asociación de Estudios Bolivianos, que se realizará en el mes de junio en la sede del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (Sucre).

Cristina Canedo, del Archivo Central del Tribunal Supremo Electoral, señaló también la urgencia de reencausar el tema del proyecto de ley del Sistema Nacional de Archivos. Se explicó que el interés es convocar al Segundo Congreso de Archivos de Bolivia, para adecuar el proyecto de Ley que fue sancionado en el Primer Congreso en Sucre, a la Constitución Política del Estado. Finalmente, se mencionó la necesidad de impulsar la organización de una Asociación de Archivistas de Bolivia, que es el verdadero “talón de Aquiles” de la Archivística de Bolivia.

Entre las conclusiones, podemos señalar:

·        Se trata de dos archivos esenciales y emblemáticos del Estado Plurinacional de Bolivia
·        El notable desarrollo alcanzado, es la expresión de la voluntad política de sus máximas autoridades para apoyar a sus archivos.
·        Ambos son cruciales para una exitosa gestión institucional del Estado Plurinacional.
·        Estos archivos constituyen la seguridad jurídica de los titulares de los documentos custodiados en sus recintos.
·        El personal que atiende su custodia, es profesional y ampliamente experimentado, conoce la legislación y la normativa técnica, que sintetiza la teoría y la praxis archivística. 
·        Los documentos son accesibles, salvo los que llevan el carácter de reservados.
·        Se encuentran debidamente organizados y descritos.
·        Se observa la falta espacio, pero las autoridades máximas, están tomando previsiones para atender esta necesidad.
·        Se rigen bajo el concepto sistémico y son reconocidos como autoridades técnicas institucionales.
·        En el caso del Archivo del Tribunal Electoral, dotan de seguridad jurídica a los procesos electorales.
·        En el caso del Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, se constata el interés del Estado para dotarse de memoria fehaciente para demostrar su derecho legítimo al territorio que integra el Estado, lo que echa por la borda la leyenda negra que se ha tejido en sentido que los gobiernos han sido negligentes y no se han preocupado por este tema.
·        Finalmente, podemos afirmar, que existe interés y conciencia de los archivistas para realizar su trabajo en el marco de la profesionalidad y la ética.

viernes, 18 de marzo de 2011

SALUDOS

Reciban un cordial saludo de la nueva administración de este blogs institucional, a todos los que nos siguen les invitamos a comentar algunos de los artículos que publicamos.